Cuando era niño, me dijeron que el universo era infinito, a una corta edad como la mía no sabía que significaba "infinito", me imaginaba un lugar lejano, a miles y miles de pasos que no podía contar, pero siempre pense que habría un limite, un sitio inverosímil donde la nada dejaba de ser nada, donde todo dejaba de ser todo, donde las cosas dejaban de tener sentido, nombre, concepto, significado. Sin saber que lo único que tenía límite era yo, eran mis pensamientos, era mi ilusa manera de pensar, de ponerle un nombre y una medida a lo que conozco y mas atrevido aún, a lo que no conozco.
Poco a poco me fui dando cuenta, que el concepto de Universo, es aquel espacio conocido donde una persona vive, siente, piensa, se comunica y realiza una acción, entonces ¿Qué es infinito? ¿Dónde está? ¿Existe?
Poco a poco fui conociéndolo, lentamente hasta el día de hoy el infinito está mas allá de lo que puedo medir, sentir, pensar y vivir, cada día que uno recorre es una parte de ese universo que va camino a convertirse en infinito, todas nuestras vidas van formándolo. Quizás el universo antes de nosotros fue menos infinito de lo que es ahora, quizás fue medible, quizás tuvo un final.
Ahora con cada paso que doy, con cada paso que damos, se hace mas grande, mas inmenso, menos medible, porque ese gran espacio negro e incólume no tiene un significado sin todos nuestros actos, sin nuestros triunfos, derrotas o miserias. Así, si las cosas pasan por algo, es por la ley de acción y reacción, y cada pequeño paso, cada acción y su respectiva reacción colocan un ladrillo mas en ese enorme camino que llamanos universo, absolutamente nadie es ignorado en este atemporal proceso, todos formamos parte de un todo, lo estoy entendiendo en este momento, en este cruel momento que me estoy sientiendo formar parte de nada.
